Retratos: Klaus, un "gran danés"


Una de las personas más peculiares e interesantes que he conocido en los últimos tiempos. Al principio ni me acercaba... quizás por ese respeto extraño que causa el encontrarse frente a frente con un tipo tan enigmático. Hoy, sin embargo, al encontrarnos en "La Estación", sala de referencia en cuanto a música de cantautores se refiere, nos abrazamos y nos saludamos con alegría.

Danés de origen y sevillano de adopción, podría decirse que establece su patria en todos y cada uno de los lugares de este mundo por los que pasa. Convivió con los indios emparás en la selva colombiana (siendo hoy en día un especialista en culturas indígenas), fue a la India en autoestop para conocer in situ la vivencia del budismo, cocina como nadie el salmón ahumado (a la vikinga) y ha participado como extra en una película de Tom Cruise.

En su país daba clases de Religión y Matemáticas. “Cuando volví de la selva a mi país, pregunté por Antonio, el amigo argentino con el que vivía en Dinamarca. Me dijeron que se había venido a Sevilla y vine a buscarlo”. En su particular regreso al futuro, dice que en 1984 en Los Caños conoció a la madre de su hija. Se especializó en intercambios culturales, acarreo de ida y vuelta de sevillanos de la capital y los pueblos –Gilena, La Rinconada, Morón, Marchena...– con jóvenes de media Europa, incluida toda Escandinavia y hasta un intercambio con Groenlandia, con esquimales de Qaqortoq “que ya no viven en iglús, sino en pisos”.

Es el guionista de esas películas viajeras, con argumentos como el estudio de los pájaros entre Finlandia y Doñana o la realización de estatuas de piedra en playas de Turquía. Incondicional de la Hiniesta cada Domingo de Ramos, hoy en día se le puede ver con asiduidad en "La Estación", donde se siente como en casa gracias a la cercanía y el buen trato de Milagros y Alfonso. Querido por todos, sin duda, es un placer encontrarlo por allí cada noche, invitarle a una cerveza y dejarse asombrar (y enseñar) por las historias y anécdotas que una vida tan intensa conllevan.

Un abrazo Klaus, y hasta el martes que viene!